
El ‘vibe coding’ es una tendencia emergente en el desarrollo de software que, gracias a la inteligencia artificial, permite a los programadores delegar tareas repetitivas y complejas. Sin embargo, esta práctica presenta paralelismos inquietantes con las máquinas tragaperras, según un análisis reciente. La experiencia de avanzar rápidamente en proyectos mediante IA puede ser similar al ciclo de anticipación, desafío y recompensa que caracteriza al juego compulsivo. Este proceso activa el sistema de dopamina del cerebro, lo que puede llevar al usuario a perder la noción del tiempo y del valor real de lo que está creando.
El riesgo, además de económico, también es de calidad. La proliferación de microproyectos generados automáticamente está inundando el ecosistema digital con soluciones efímeras y mal diseñadas, degradando la calidad del desarrollo tecnológico. El desgaste cognitivo de los desarrolladores, que pasan largas jornadas generando código incompleto y enfrentando constantes solicitudes de pago por servicios adicionales, es otra preocupación.
Frente a esta dinámica adictiva, se sugiere adoptar un enfoque crítico y consciente, cuestionando el valor real de los proyectos y resistiendo la tentación de perseguir cada idea pasajera que surge en redes sociales. La clave no es renunciar a la tecnología, sino saber cuándo detenerse para evitar caer en el ciclo de compulsión que puede convertir a las plataformas de ‘vibe coding’ en casinos digitales.