La terapia psicodélica, que emplea sustancias como el LSD junto con apoyo psicológico, está siendo explorada ahora con inteligencia artificial (IA) como guía. Esta práctica busca tratar adicciones y trastornos mentales, aunque es controvertida. Trey, un sanitario de 36 años, utilizó una app de IA llamada Alterd durante un viaje psicodélico con LSD, logrando dejar atrás su adicción al alcohol. Alterd está diseñada para acompañar a consumidores de psicodélicos, cannabis o alcohol, actuando como un «trip sitter» virtual.
Trey describe la experiencia como hablar con su subconsciente, sintiéndose como con un amigo. Alterd refleja pensamientos y estados de ánimo, alertando sobre patrones negativos. Otro caso es el de Peter, un programador que usó ChatGPT con hongos alucinógenos para combatir su depresión, preparándose emocionalmente y recibiendo apoyo durante el proceso.
Sin embargo, expertos advierten sobre los riesgos de usar IA en estas terapias. Manesh Girn, neurocientífico, señala que un agente sin cuerpo no puede captar matices emocionales, lo que puede resultar dañino. Jaime Wheal, crítico de las terapias psicodélicas, alerta sobre la dependencia emocional de las IA, que podrían reemplazar el apoyo humano.
OpenAI, creador de ChatGPT, defiende su modelo como una herramienta neutral, recordando la importancia de la guía humana. Aunque algunos, como Nate Sharadin del Center for AI Safety, creen que es mejor contar con un chatbot que estar solo, la efectividad y seguridad de estas prácticas siguen siendo debatidas.
La combinación de inteligencia artificial y psicodélicos podría ser un puente hacia la sanación o representar un peligro. La discusión sobre su uso ético y seguro apenas comienza.
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