Un estudio de PNAS Nexus ha encontrado que usar «móviles tontos», es decir, aquellos que solo permiten llamadas y SMS, puede reducir significativamente la ansiedad y el estrés en comparación con los smartphones. Los participantes, tras un mes sin funciones inteligentes en sus dispositivos, reportaron una mejora en su bienestar mental. Esto sugiere que la constante conexión y la presión de responder mensajes o interactuar en redes sociales puede ser perjudicial para la salud mental.
Un 91% de los participantes del estudio experimentaron alivio mental al reducir el uso de funciones avanzadas de sus móviles. Aunque no significa que deban abandonarse los smartphones por completo, este hallazgo destaca la necesidad de moderar su uso. Las tecnologías móviles actuales, si se usan de manera consciente, pueden seguir siendo parte de una vida equilibrada.
El problema no radica en la tecnología misma, sino en cómo se utiliza. El uso excesivo de smartphones activa circuitos cerebrales similares a los de una adicción, generando ansiedad, especialmente en adolescentes. Esto se debe a la presión de estar siempre conectados y disponibles.
Aunque podría parecer que la solución es volver a dispositivos menos avanzados, hay alternativas. Los usuarios pueden configurar sus smartphones para minimizar distracciones, como desactivar notificaciones innecesarias o utilizar modos de concentración. También es recomendable dejar el móvil fuera de la habitación al dormir o durante momentos de ocio.
En resumen, la clave no está en eliminar la tecnología, sino en aprender a usarla de manera que no afecte negativamente nuestra salud mental. Recuperar el control sobre el uso del smartphone puede ser suficiente para disfrutar de sus beneficios sin sufrir sus inconvenientes.
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