Steve Jobs, cofundador de Apple, tenía un enfoque único para sus vacaciones, que no eran un periodo de descanso total. Durante sus retiros, Jobs reflexionaba sobre futuros productos y mantenía un contacto constante con sus empleados. Tony Fadell, conocido por su trabajo en el iPod y los primeros prototipos del iPhone, relata cómo Jobs le llamaba hasta seis veces al día para discutir ideas y posibles desarrollos de productos.
Al principio, estas llamadas eran bien recibidas, pues significaban confianza y reconocimiento. Sin embargo, con el tiempo, se convirtieron en una fuente de presión, ya que requerían dedicación y creatividad continua por parte de los empleados. A pesar de esto, las conversaciones con Jobs eran vistas como enriquecedoras, ya que permitían a los empleados estar directamente involucrados en el proceso creativo de la empresa.
El comportamiento de Jobs abre un debate sobre la conveniencia de pensar en el trabajo durante las vacaciones. Mientras que algunos líderes y emprendedores pueden encontrar inspiración en este enfoque, los expertos recomiendan equilibrar el trabajo y el descanso para evitar el agotamiento y mantener una buena salud mental. En muchos países, incluido España, es ilegal exigir trabajo a los empleados durante sus vacaciones.
Jobs también aprovechaba sus retiros para inspirarse, como lo hizo en un viaje a la India, demostrando que cambiar de entorno puede ayudar a desbloquear la creatividad. En resumen, aunque la dedicación de Jobs es admirable, es crucial encontrar un balance que permita a los trabajadores desconectar y recargar energía.