Steve Jobs es recordado como un visionario que revolucionó la tecnología, pero su éxito no se debió solo a su innovadora visión, sino también a su controvertida personalidad. Marc Andreessen, influyente inversor de Silicon Valley, describe a Jobs como «una de las personas más desagradables de la historia de la humanidad». Según Andreessen, Jobs era obsesivo y discutía hasta el más mínimo detalle, aplicando la técnica del primer principio para descomponer y reconstruir problemas desde cero.
Jobs tenía un estilo de gestión radical, exigiendo excelencia absoluta a sus empleados. Si bien algunos lo consideraban el mejor jefe cuando se cumplían sus estándares, otros lo veían como un «lunático chillón». Jobs no toleraba el trabajo mediocre y su enfoque era rodearse de los mejores talentos, lo que lo llevó a crear un entorno de trabajo altamente competitivo.
El fracaso de NeXT fue una etapa crucial para Jobs, enseñándole lecciones valiosas sobre optimización y gestión de talento. Estas experiencias moldearon su regreso triunfal a Apple, donde desarrolló productos que transformaron la industria tecnológica.
Su liderazgo, aunque efectivo, era también desgastante. A pesar de las múltiples despedidas de empleados, muchos le agradecieron por su insistencia en la excelencia. La genialidad de Jobs residía en su capacidad para no conformarse nunca con menos de lo extraordinario, a pesar del impacto personal y profesional en quienes lo rodeaban.
Copyright @2025 Fullstack Services, SL VAT ES-B21621131 . Todos los derechos reservados.
