El avión de Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, sufrió una interferencia en su sistema GPS, obligando a la tripulación a usar métodos tradicionales para aterrizar en Bulgaria. Europa acusa a Rusia de estas acciones, consideradas parte de una estrategia de ciberguerra que afecta no solo a vuelos militares, sino también a comerciales y civiles.
Desde la invasión de Ucrania en 2022, ha habido un aumento en interferencias GPS en Europa del Este, con miles de incidentes reportados en países como Lituania, Finlandia y Estonia. Se sospecha que estas interferencias provienen de Kaliningrado, un enclave ruso militarizado.
Rusia ha desarrollado capacidades avanzadas de guerra electrónica, usando técnicas de «jamming» y «spoofing» para interrumpir señales GNSS como el GPS. Estas técnicas pueden desactivar o redirigir sistemas de navegación, representando peligros significativos para la aviación y la navegación marítima.
La UE considera estas acciones parte de una guerra híbrida para desestabilizar la región. Aunque los expertos aseguran que los aviones tienen sistemas de respaldo, el aumento de interferencias GPS incrementa el riesgo de incidentes.
Para contrarrestar estas amenazas, Europa trabaja en diversificar sistemas de navegación, desarrollar tecnologías terrestres y mejorar la autenticación de señales. Se busca así garantizar la seguridad y estabilidad en la navegación aérea y marítima.
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