El Liberty Phone, fabricado por Purism, es el primer smartphone «made in USA», aunque no cumple totalmente con el sueño de Donald Trump de un iPhone estadounidense. Con un costo inicial de 1.999 dólares, es casi el doble que el iPhone 16 Pro Max, pero con especificaciones inferiores. Está diseñado principalmente para empresas y gobiernos debido a sus funciones de privacidad.
El dispositivo se ensambla en California y cuenta con algunos componentes estadounidenses, como la placa base y el chip principal. Sin embargo, sigue dependiendo de piezas extranjeras, incluida China, debido a la falta de una cadena de suministro completamente nacional. La fabricación del Liberty Phone es limitada, con 10.000 unidades mensuales, contrastando con los 19 millones de iPhones producidos mensualmente por Apple.
El costo de fabricar un iPhone en EE.UU. es incierto y se estima que podría incrementar un 90%. Además, Apple enfrenta la falta de personal cualificado en el país. Mientras tanto, Apple opta por India como alternativa de producción debido a la guerra comercial con China, aunque esto tampoco agrada a Trump.