David Ellison, CEO de Paramount, ha impuesto un ultimátum a su plantilla: regresar a trabajar cinco días a la semana en la oficina o aceptar un paquete de indemnización. Esta medida, que afecta a las sedes de Los Ángeles y Nueva York, comenzará el 5 de enero de 2026. Los empleados tienen hasta el 15 de septiembre para decidir, lo que ha generado una gran presión.
La estrategia de Ellison parece ser un intento de reducir la plantilla antes de ejecutar despidos masivos en noviembre, que podrían afectar entre 2.000 y 3.000 trabajadores. Esta política se alinea más con empresas tecnológicas como Amazon, en contraste con competidores del entretenimiento como Disney o NBCUniversal, que mantienen modelos híbridos.
Ellison defiende que la colaboración presencial es crucial para la cultura empresarial, aunque detrás de esta decisión también subyacen motivos financieros, como el ahorro de costes tras la fusión de 8.000 millones de dólares con Skydance. La medida busca reducir el número de despidos forzosos, mejorando así la imagen pública de la empresa.
La decisión de Paramount refleja una tendencia creciente de las empresas a recuperar modelos presenciales tras la flexibilidad pandémica, en un contexto económico incierto donde el poder de negociación vuelve a inclinarse hacia las corporaciones. Para los empleados, este ultimátum marca el inicio de una nueva era bajo el liderazgo de Ellison, obligándolos a adaptarse o buscar nuevas oportunidades laborales.
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