La nueva etiqueta energética para móviles y tablets, similar a la de los electrodomésticos, ya es obligatoria en Europa. Este sistema no solo evalúa la eficiencia energética, sino también la facilidad de reparación y la resistencia del dispositivo. La iniciativa busca reducir el despilfarro de recursos y mejorar la sostenibilidad.
La etiqueta, denominada EPREL, proporciona una gráfica de colores sencilla que debe estar visible en la caja del dispositivo y en las zonas de muestra de las tiendas. Además, en la web de EPREL se puede consultar un listado de dispositivos con la etiqueta, aunque es necesario buscar por el identificador del modelo, no por su nombre comercial.
La autonomía de los smartphones varía según el uso, por lo que la calificación energética no es determinante para todos. Sin embargo, los aspectos de resistencia y reparabilidad, que también se reflejan en la etiqueta, son fundamentales para muchos consumidores. Estos datos indican cuán fácil es reparar un dispositivo y su capacidad para soportar golpes, factores que pueden alargar la vida útil del móvil y reducir su impacto ambiental.
La implementación de esta etiqueta es un paso hacia una tecnología más sostenible, promoviendo prácticas de consumo más conscientes. La resistencia y la reparabilidad destacan como indicadores del compromiso de los fabricantes con sus clientes, más allá del marketing asociado a la autonomía.