
Netflix ha decidido eliminar definitivamente su Plan Básico, obligando a los usuarios a optar entre ver anuncios o pagar más. Anteriormente, el Plan Básico permitía ver contenido a 720p y descargarlo para verlo offline, pero desde el 1 de septiembre esta opción ha sido retirada. Ahora, los suscriptores deben elegir entre tres planes: Estándar con anuncios, Estándar sin anuncios y Premium.
El Plan Estándar con anuncios cuesta 6,99 euros al mes, permite ver contenido a 1080p y descargarlo, aunque algunas series y películas no estarán disponibles. El Plan Estándar sin anuncios cuesta 13,99 euros, no tiene limitaciones de contenido y permite agregar un suscriptor extra por un coste adicional. El Plan Premium, por 19,99 euros, ofrece contenido en 4K, HDR y audio espacial, y permite ver en cuatro dispositivos simultáneamente o descargar en seis, con la opción de incluir hasta cuatro suscriptores extra.
Los usuarios del Plan Básico han recibido correos informándoles del cambio, sugiriendo que pueden ahorrar un 30% al mes cambiando al Plan Estándar con anuncios, lo cual ocurrirá automáticamente desde septiembre. Netflix justifica este cambio destacando la mejora en la calidad de vídeo y el acceso a más dispositivos, a cambio de anuncios que no interrumpen «escenas importantes».
Con este movimiento, Netflix consolida su modelo basado en anuncios, obligando a los usuarios a decidir si prefieren pagar menos y aceptar anuncios o pagar más para evitarlos. La decisión está en manos de los usuarios, quienes deben valorar si los anuncios son una molestia mayor que justifique el incremento de precio.