
Los modos de concentración de iOS van más allá de silenciar notificaciones. Han permitido a los usuarios personalizar su iPhone para separar claramente los momentos de trabajo, ocio y descanso, optimizando así su productividad y bienestar. Más allá del modo «No molestar», se pueden crear modos específicos que restringen el acceso a aplicaciones laborales o personales según el momento del día. Por ejemplo, un modo de «Desconexión» minimiza las distracciones al limitar las notificaciones y accesos a solo unas pocas apps de entretenimiento, mientras que un modo de «Descanso» ayuda a evitar el uso innecesario del teléfono durante la noche.
Para el ámbito laboral, un modo de trabajo restringe aplicaciones de ocio, permitiendo solo aquellas esenciales para tareas profesionales. Esto ayuda a evitar distracciones digitales, como la tentación de mirar redes sociales o mensajería durante horas laborales. Aunque estos modos no son infalibles, ya que es posible cambiarlos manualmente, se convierten en un recurso valioso para quienes buscan ser más conscientes y disciplinados en el uso de su dispositivo. La clave está en la fuerza de voluntad y en respetar los límites autoimpuestos para mantener el control sobre el tiempo y el foco personal.