Un influencer alemán, Moe.Haa, utilizó un AirTag para rastrear el destino de ropa donada a la Cruz Roja alemana. Introdujo el dispositivo en una zapatilla depositada en un contenedor en Starnberg. El rastreo mostró que la prenda viajó desde Alemania hasta un mercado de segunda mano en Bosnia, pasando por Austria, Eslovenia y Croacia. Allí, Moe encontró sus zapatillas a la venta por 10 euros, lo que levantó sospechas sobre el destino de las donaciones.
La Cruz Roja alemana explicó que la ropa que no cumple sus estándares de calidad se vende a empresas de reciclaje, las cuales pueden trasladar las prendas a otros países. La organización admitió que obtiene beneficios económicos de estas transacciones, pero aseguró que estos fondos se destinan a apoyar causas benéficas.
El caso ha generado controversia sobre el proceso de distribución de ropa donada y el uso de los beneficios obtenidos por la Cruz Roja, obligando a la organización a aclarar su política sobre las donaciones. El uso del AirTag, aunque no proporciona seguimiento en tiempo real, demostró ser efectivo para trazar el recorrido de las prendas, revelando prácticas cuestionables en el manejo de donaciones.