El reciente lanzamiento de GPT-5 ha generado opiniones divididas. Mientras los usuarios comunes han mostrado desilusión, calificando las mejoras del modelo como incrementales y «frías», las grandes empresas han adoptado rápidamente esta tecnología, destacando sus ventajas en coste, velocidad y precisión.
Para el usuario promedio, las expectativas eran altísimas, esperando un salto cualitativo en inteligencia artificial que no se materializó. Además, el estilo más aséptico de GPT-5 y cambios en la interfaz, como el enrutado automático de consultas, han desconcertado a muchos, que prefieren la interacción más personalizada de modelos anteriores.
Sin embargo, en el ámbito empresarial, GPT-5 ha sido un éxito rotundo. Empresas como Box, Cursor y Vercel han adoptado el modelo por su eficacia en tareas complejas y su integración sin fricciones. Las mejoras en razonamiento estructurado y planificación en varios pasos son cruciales para estas organizaciones, que valoran la reducción de errores y el ahorro de tiempo.
El enfoque de OpenAI hacia el mercado corporativo es claro, con un equipo comercial dedicado y tarifas competitivas frente a rivales como Anthropic. Aunque los usuarios de a pie puedan no notar un cambio sustancial al crear contenido creativo, las empresas aprecian las mejoras operativas y el potencial de automatización que GPT-5 ofrece.
En definitiva, mientras que GPT-5 puede no ser la revolución esperada para todos, su impacto en el sector corporativo es innegable, marcando una diferencia significativa en eficiencia y coste.