Google ha reducido su plantilla de gerentes en un 35%, según comunicó Brian Welle, vicepresidente de análisis de personal, a sus empleados. Esta decisión se enmarca en una tendencia creciente en las grandes empresas de tecnología de eliminar mandos intermedios y delegar responsabilidades en empleados de menor rango y sueldo.
El objetivo, según Welle, es gestionar la empresa de forma más eficiente reduciendo la burocracia. Sin embargo, esta estrategia ha generado preocupación entre los trabajadores sobre la estabilidad laboral y las oportunidades de ascenso. La eliminación de gerentes podría dificultar el progreso de carrera para los empleados de primera línea, quienes ahora tienen más carga de trabajo.
Además, la compañía ha incrementado las horas laborales semanales para algunos empleados, como parte de su esfuerzo por seguir siendo competitiva en el desarrollo de inteligencia artificial. Sergey Brin, cofundador de Google, sugirió que los ingenieros deberían trabajar hasta 60 horas semanales para lograr estos objetivos.
Esta reestructuración se produce tras un periodo de contrataciones masivas durante la pandemia, cuando las empresas tecnológicas buscaban acaparar talento. Sin embargo, la actual reducción de personal refleja un cambio de estrategia, donde se prioriza la eficiencia y se cuestiona el valor de los mandos intermedios.
El fenómeno no es exclusivo de Google. Otras grandes empresas tecnológicas también han comenzado a prescindir de gerentes intermedios, argumentando que ralentizan los procesos y aumentan los costos. Según Gartner, para 2026, el 20% de las organizaciones podrían eliminar más de la mitad de sus puestos de gerencia media, utilizando inteligencia artificial para aplanar sus estructuras organizativas.
Para los trabajadores, esta tendencia plantea retos significativos. La falta de directivos puede llevar a una sobrecarga de responsabilidades para los empleados de menor rango, que ahora deben asumir funciones de liderazgo sin el correspondiente aumento salarial. Además, la disminución de ofertas de empleo de nivel inicial dificulta la entrada al mercado laboral, especialmente para la Generación Z, que enfrenta mayores barreras para adquirir experiencia profesional.