La competencia feroz por el talento en inteligencia artificial (IA) ha llevado a las grandes tecnológicas a ofrecer salarios nunca antes vistos, con paquetes de compensación que llegan hasta los 250 millones de dólares por cuatro años. El caso de Matt Deitke, un joven investigador que rechazó una oferta inicial de Meta para luego aceptar una aún mayor, ilustra el extremo al que ha llegado esta «guerra de talento».
Las grandes empresas como Meta, OpenAI y Google compiten por contratar a los mejores expertos en IA, quienes son tratados como estrellas del deporte con sueldos de nueve cifras, debido a la ausencia de límites salariales en el sector tecnológico. La estrategia incluye también la promesa de acceso a potentes infraestructuras de computación, un recurso codiciado para el desarrollo de IA.
Para identificar a los mejores talentos, Meta utiliza «La Lista», un documento con los nombres de los investigadores más brillantes. La entrada a esta lista requiere un doctorado en IA, experiencia en laboratorios de prestigio y contribuciones significativas en el campo.
Los investigadores, conscientes de su valor, han comenzado a negociar colectivamente, compartiendo ofertas y estrategias a través de grupos privados en Slack y Discord. Esto ha dificultado a empresas como OpenAI igualar las elevadas ofertas de sus rivales, aunque intentan retener talento apelando a su misión y visión en IA.
La escasez de expertos en IA y la percepción de que estamos ante una revolución tecnológica de gran importancia impulsan esta tendencia, donde las empresas están dispuestas a pagar lo que sea necesario para no quedar rezagadas en el desarrollo de la IA avanzada.
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