La generación Z enfrenta serias dificultades económicas que afectan su calidad de vida. En Estados Unidos, muchos jóvenes están retirando fondos de jubilación para cubrir emergencias y deudas, con un 38 % de las personas de todas las generaciones haciéndolo, pero la generación Z lidera esta tendencia. Esta situación se complica aún más, ya que muchos se saltan comidas y retrasan visitas médicas para poder pagar el alquiler.
En Europa, la situación es similar. Los altos costos de la vivienda obligan a muchos jóvenes a seguir viviendo con sus padres en la adultez. Un informe de Redfin señala que los precios de la vivienda han aumentado significativamente en los últimos años, requiriendo que los compradores ganen un 80 % más que en 2020, mientras que los ingresos solo han subido un 23 %. Además, en Estados Unidos, los préstamos estudiantiles también agravan la situación financiera de los jóvenes.
Estos problemas financieros no solo afectan a la generación Z, sino también a los millennials, quienes comparan su situación con la de sus padres, que vivían con menos presión económica. La falta de oportunidades para ahorrar y el alto costo de vida ponen en duda la seguridad económica futura de los jóvenes, tanto en Estados Unidos como en Europa.
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