China enfrenta una crisis de desempleo que afecta gravemente a la Generación Z, quienes han adoptado múltiples trabajos freelance para sobrevivir. La situación laboral, marcada por largas jornadas y pocas oportunidades, ha impulsado a estos jóvenes a convertirse en «slashers», término que describe a quienes se definen por una serie de roles laborales simultáneos.
Tradicionalmente visto como una expresión de ambición, el trabajo múltiple ahora responde a la necesidad de afrontar un mercado laboral saturado y poco prometedor. A pesar de los esfuerzos del gobierno por reducir las cifras de desempleo juvenil, las estadísticas excluyen a los estudiantes universitarios, dejando sin abordar el problema real de la sobrecualificación y la falta de empleos adecuados.
La desconexión entre el sistema educativo y el mercado laboral ha forzado a muchos a buscar ingresos en sectores como la enseñanza particular, el reparto de comida o las transmisiones en vivo. Se estima que 80 millones de personas en China trabajan bajo este esquema, a menudo sin seguridad laboral ni estabilidad a largo plazo.
El auge del trabajo slash refleja tensiones estructurales profundas en la economía china, donde la Generación Z prioriza la flexibilidad y la creatividad sobre las carreras tradicionales. Sin embargo, esta modalidad laboral también trae consigo un alto nivel de estrés y agotamiento, lo que cuestiona la sostenibilidad de este estilo de vida en el largo plazo.