Un usuario que intentaba modernizar su antiguo iMac de 2006 descubrió que había caído en una estafa al adquirir un SSD falso. A pesar de que el dispositivo parecía legítimo, con embalaje convincente y logotipo de Kingston, su rendimiento era sorprendentemente bajo. La velocidad de transferencia era de apenas 600 KB/s, mucho menor de lo esperado para un SSD.
Sospechando de una falsificación, el usuario utilizó la herramienta F3 para verificar la capacidad del SSD. Descubrió que, aunque el dispositivo se anunciaba como de casi 1 TB, en realidad solo tenía 128 GB. Al alcanzar este límite, las escrituras se volvían lentas y corruptas. Se reveló que el firmware había sido reprogramado para engañar al sistema operativo sobre su capacidad real.
El usuario enfrentó dificultades al intentar devolver el producto, ya que la descripción del artículo en la tienda había sido modificada para complicar las reclamaciones. Sin embargo, tras contactar con el servicio de atención al cliente, logró obtener un reembolso completo.
Esta experiencia resalta la importancia de verificar la autenticidad de productos comprados en línea. Es crucial revisar al vendedor, el embalaje, probar el dispositivo desde el primer día y documentar todo el proceso. También se deben evitar ofertas que parezcan demasiado buenas para ser verdad. Estas precauciones pueden ayudar a evitar fraudes y asegurar compras seguras en línea.
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