
Los iPhones desde el modelo 7 en adelante cuentan con certificaciones de resistencia al agua, como IP67 e IP68, que indican cierta protección contra el polvo y la inmersión en agua. Los modelos más recientes, como el iPhone 12 y posteriores, pueden sumergirse hasta 6 metros durante 30 minutos, pero esta resistencia se deteriora con el tiempo y el uso. Aunque el teléfono puede soportar caídas accidentales en la piscina, el agua salada del mar es más corrosiva y su uso bajo esas condiciones debe ser limitado.
Apple advierte que los daños por líquidos no están cubiertos por la garantía, ya que es difícil determinar el tiempo exacto de exposición al agua. Además, cualquier reparación previa en el dispositivo puede comprometer su resistencia. Se recomienda precaución al usar el iPhone en el agua y considerar fundas impermeables para mayor seguridad.
Después de mojar el iPhone, es importante enjuagarlo con agua dulce, no cargarlo durante al menos cinco horas y evitar métodos ineficaces como el uso de arroz para secarlo. Utilizar el iPhone con sentido común reducirá el riesgo de daños, y en caso de accidentes, AppleCare+ puede ofrecer reparaciones a menor coste.