Las entrevistas de «bug squash» se están popularizando como método para evaluar a desarrolladores, ya que reflejan mejor el trabajo diario de un ingeniero de software. Durante estas entrevistas, los candidatos deben identificar y corregir errores en repositorios de código desconocidos, utilizando diversos lenguajes de programación como JavaScript, Python, Java o C++.
Jake Zimmerman, ingeniero de software y profesor, ha destacado la eficacia de este método en su blog, señalando que permite evaluar la capacidad del candidato para manejar herramientas y resolver problemas de manera repetible y científica. Además, ofrece una experiencia más realista y atractiva tanto para entrevistadores como para candidatos.
No obstante, este enfoque también presenta desafíos. Preparar preguntas adecuadas para cada lenguaje puede consumir tiempo y requiere un equilibrio entre dificultad y claridad para evitar que sean ni demasiado fáciles ni extremadamente complejas. Además, limitar los lenguajes evaluados puede dejar fuera a candidatos con habilidades en otros lenguajes menos comunes.
En resumen, aunque las entrevistas de «bug squash» ofrecen una evaluación práctica del desempeño de un programador, requieren una implementación cuidadosa para maximizar su eficacia y equidad en la selección de talento.