El Gobierno de México evalúa reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales, una medida que busca mejorar la salud mental de los trabajadores y aumentar la productividad. Sin embargo, un grupo de empresarios ha expresado su preocupación ante esta iniciativa. La Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco) propone que, en caso de adoptarse la nueva jornada, no se incluyan descansos en las 40 horas y se permita la opción de trabajar 48 horas si así lo acuerdan empleador y empleado.
Fabian Octavio De La Torre, presidente de Concanaco, sostiene que actualmente, aunque se pagan 48 horas, en la práctica solo se trabajan 45, y con pausas activas, apenas se logran 42 horas productivas. De La Torre advierte que reducir la jornada a 40 horas resultaría en solo 34 horas de trabajo efectivo. Además, líderes empresariales en Puebla creen que hasta un 5% de las empresas locales podrían cerrar si la reforma no se adapta a las necesidades del mercado.
México es uno de los países de la OCDE donde más horas se trabaja, superando las 2,400 horas anuales por empleado, pero su productividad es baja en comparación con otros países, como Irlanda. Los empresarios temen que la reducción de horas laborales afecte la economía, aunque experiencias en otros países, como España, muestran que cambios similares no han perjudicado el empleo, incluso con aumentos del salario mínimo.
La discusión sobre la jornada laboral en México refleja un dilema global sobre la relación entre horas trabajadas y productividad, y cómo las políticas laborales pueden adaptarse para mejorar el bienestar de los trabajadores sin perjudicar el crecimiento económico.
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