El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha declarado improcedente el despido de dos empleados de Burger King por difundir un vídeo donde se abrazaban en el trabajo. El gerente del restaurante descargó un vídeo del sistema de videovigilancia que mostraba el abrazo con su pareja, también empleada, tras comunicarle que estaba embarazada. La grabación se publicó en Instagram, lo que llevó a la empresa a despedir a ambos por una supuesta infracción grave de confidencialidad.
La empresa justificó el despido en una cláusula que prohíbe copiar o divulgar imágenes de los sistemas de videovigilancia sin autorización. Sin embargo, el tribunal consideró que la infracción no justificaba la medida extrema del despido, ya que no hubo un lucro personal ni un daño significativo a la empresa. La sentencia señala que no toda transgresión de la buena fe contractual debe culminar en despido.
Por tanto, el tribunal ha ordenado a Burger King reintegrar al gerente o pagar la indemnización correspondiente, destacando que la infracción fue grave pero no lo suficientemente severa para justificar el despido. La decisión del tribunal pone en tela de juicio la interpretación de la confidencialidad por parte de la empresa en situaciones similares.
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