Steve Jobs, cofundador de Apple, es conocido no solo por su innovación tecnológica, sino también por su icónico estilo de vestir: un jersey negro de cuello alto, vaqueros Levis y zapatillas New Balance. Este atuendo, que comenzó a utilizar en los años 80 y se consolidó en los 90, se convirtió en su uniforme distintivo en sus presentaciones y apariciones públicas.
La elección del color negro no fue casual. Psicólogos y expertos en moda señalan que el negro proyecta autoridad, seriedad y elegancia. Jobs utilizaba este color para comunicar su visión innovadora y diferenciarse de sus competidores, como Microsoft, que optaban por trajes más formales. El negro también le permitía mantener el control sobre su imagen, evitando distracciones y centrándose en lo esencial: sus ideas.
Además, vestir de negro simplificaba su vida diaria al eliminar la necesidad de decidir qué ponerse, alineándose con su filosofía minimalista tanto en su estilo personal como en el diseño de los productos Apple. Esta elección no solo transmitía una imagen de poder y sofisticación, sino que también reflejaba la esencia de los dispositivos que desarrollaba: simplicidad y atemporalidad.
Jobs dejó un legado que va más allá de su vestimenta. Su estilo ha influido en la cultura popular y tecnológica, enseñando la importancia de centrarse en lo esencial y mantenerse auténtico. Al final, su atuendo es una extensión de su identidad y un símbolo de su enfoque innovador y minimalista.
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