Steve Jobs, conocido por su éxito en Apple y Pixar, atribuyó parte de su éxito a un hábito simple pero poderoso: pedir cosas. En una entrevista de 1994, Jobs destacó que muchos no piden por miedo al rechazo, pero él lo hizo y le abrió puertas significativas, como cuando llamó a Bill Hewlett para pedir piezas y recibió una oferta de prácticas en Hewlett-Packard.
Este hábito no solo le permitió obtener recursos, sino que también le enseñó la importancia de apoyarse en los demás para alcanzar grandes metas. Jobs creía que pedir ayuda y ofrecerla a cambio es clave para cumplir sueños y mejorar colectivamente. Aunque pedir no garantiza convertirse en Jobs, es un paso hacia el desarrollo personal y profesional.