Los despidos masivos en el sector tecnológico de EE.UU. han sido atribuidos a la sobrecontratación durante la pandemia y al auge de la inteligencia artificial. Sin embargo, una modificación en la normativa fiscal de 2017 podría ser la verdadera causa. Desde 1954, la Sección 174 del Código Fiscal permitía a las empresas deducir inmediatamente el 100% de los gastos en I+D, incluyendo salarios de ingenieros y científicos. Este incentivo fiscal sostenía la expansión del sector tecnológico. La reforma fiscal de 2017 cambió esto, obligando a amortizar esos gastos en un periodo de cinco años, convirtiendo la innovación en un gasto significativo.
Este cambio actuó como una bomba de tiempo, cuyo impacto se hizo evidente en las declaraciones de impuestos de 2022. Durante la pandemia, las tecnológicas crecieron y contrataron masivamente. En 2022 y 2023, al empezar los despidos, se justificaron por la sobrecontratación y la IA, ocultando la verdadera causa: la pérdida del incentivo fiscal redujo la viabilidad de mantener grandes plantillas.
El resultado fue devastador: más de medio millón de empleos perdidos en el sector tecnológico en 2022, afectando especialmente a equipos de ingeniería e investigación. Actualmente, hay esfuerzos en el Congreso para restaurar la deducción inmediata de gastos en I+D, pero el daño ya está hecho, afectando la moral y la capacidad de innovación a medio plazo.