Una trabajadora del Commonwealth Bank de Australia, Kathryn Sullivan, fue despedida tras 25 años después de entrenar a un chatbot llamado Bumblebee AI para realizar su trabajo en atención al cliente. Sullivan, de 63 años, ayudó a perfeccionar el sistema de IA creando guiones y corrigiendo sus fallos durante meses. Sin embargo, tras su despido y el de 44 compañeros, el banco enfrentó un caos operativo, ya que el chatbot no pudo manejar el volumen de llamadas, aumentando la necesidad de intervención humana.
El banco reconoció su error al despedir al personal y ofreció devolverles sus puestos, pero Sullivan rechazó la oferta y optó por una indemnización, al sentirse traicionada. Este caso ha impulsado un debate en Australia sobre el impacto de la IA en el empleo y la necesidad de transparencia y formación para los trabajadores afectados por la automatización. Mientras tanto, el banco sigue apostando por la tecnología, buscando alianzas para combatir el fraude, enfrentando la paradoja de promover la IA mientras genera incertidumbre laboral.