
Los usuarios de Google Maps se enfrentan a un dilema común: seguir o no las rutas alternativas propuestas en caso de atascos. Aunque estas rutas prometen ahorrar tiempo, muchas veces no cumplen las expectativas. La razón es que Google Maps sugiere estas rutas a todos los usuarios cercanos, lo que termina congestionando vías secundarias que no están preparadas para soportar tanto tráfico.
La aplicación de navegación utiliza algoritmos que analizan el tráfico en tiempo real, basándose en la ubicación y velocidad de otros usuarios. Sin embargo, no considera el impacto de redirigir a una gran cantidad de vehículos a caminos alternativos, lo que puede llevar a «atascos digitales», como lo evidenció el artista Simon Weckert al engañar a Google Maps con varios móviles.
Los usuarios deben evaluar ciertos factores antes de aceptar una ruta alternativa: la gravedad del atasco actual, la diferencia de tiempo entre las rutas, el tipo de vías propuestas, y las condiciones climáticas o de visibilidad. Muchas veces, las carreteras secundarias no son ideales debido a sus limitaciones de velocidad, semáforos, y falta de carriles adicionales.
En definitiva, si la diferencia de tiempo es mínima, o si la ruta alternativa implica caminos desconocidos o con condiciones adversas, puede ser mejor mantenerse en la ruta original. Además, es útil complementar la información de Google Maps con actualizaciones de tráfico de la radio o de otras aplicaciones para tomar una decisión más informada.