Dejar el cargador del móvil enchufado sin usar genera un consumo energético casi imperceptible. Al alcanzar el 100% de carga, el flujo de energía se detiene, y aunque el cargador sigue consumiendo, es mínimo, especialmente en modelos modernos. Tras mediciones, ningún cargador supera los 0,1 W, el umbral mínimo para que un medidor registre el consumo.
Este consumo «fantasma» representa un gasto anual de aproximadamente 0,02 euros, una cifra insignificante. Incluso en el caso de cargadores con mayor consumo en standby, el incremento en la factura eléctrica sería de apenas 0,09 euros al año, dada la normativa europea que limita el consumo a 0,5 W.
En resumen, aunque no supone un gran ahorro, es recomendable desconectar el cargador al completar la carga del móvil. Así se evita un gasto innecesario, aunque pequeño, y se cuida el medio ambiente.