Tras ocho meses de uso intensivo del iPhone 16 Plus, su batería sigue al 100% de salud, lo que no es producto de la casualidad, sino de una serie de cuidados específicos. Aunque el desgaste de las baterías de litio es inevitable, aplicar ciertas prácticas puede ralentizar este proceso.
Uno de los factores cruciales es el uso de cargadores adecuados. No es necesario que sean originales de Apple, pero deben estar certificados con el sello MFi (Made For iPhone) para asegurar una carga óptima y evitar riesgos como sobrecalentamientos o cortocircuitos. Además, es preferible usar cargadores de baja potencia, como uno de 5 W, aunque ocasionalmente se puede recurrir a uno de mayor potencia si es necesario.
Otro aspecto importante es la forma de cargar el dispositivo. Aunque mantenerlo siempre entre el 20% y el 80% de carga es recomendable, lo esencial es no dejarlo conectado durante mucho tiempo una vez alcanzado el 100%, especialmente en condiciones de calor. La función de carga optimizada del iPhone puede ser útil, pues ajusta la carga según las rutinas del usuario.
También es importante no cargar el iPhone cuando está caliente. Tras actividades que generan calor, como jugar, es mejor esperar a que el dispositivo se enfríe antes de conectarlo al cargador.
Estas prácticas, aunque parecen exigentes, son sencillas de integrar en la rutina diaria y contribuyen a prolongar la vida útil de la batería. Si pese a todo se detecta una degradación significativa sin razones aparentes, podría tratarse de un defecto de fábrica que Apple puede revisar y reparar en garantía. En definitiva, el objetivo no es tener una batería perfecta, sino cuidar el dispositivo para maximizar su rendimiento sin comprometer su uso diario.
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