Una investigación ha revelado que las conversaciones de ChatGPT compartidas públicamente podían ser indexadas por motores de búsqueda como Google, exponiendo en algunos casos información sensible de los usuarios. Aunque ChatGPT no hacía públicas las charlas por defecto, los usuarios que activaron la opción de compartir podían ver sus conversaciones en resultados de búsqueda.
Durante el tiempo que estuvo activa esta función, se pudieron encontrar diversas charlas, desde consultas triviales hasta casos sensibles como un usuario que compartió detalles de su currículum, lo que permitió identificar su perfil en LinkedIn. También se hallaron preguntas absurdas y personales.
OpenAI ha reaccionado retirando esta función, explicando que se trataba de un experimento que facilitaba compartir conversaciones útiles, aunque aumentaba el riesgo de compartir accidentalmente información no deseada. Similar a lo que ocurre con Google Drive, la indexación dependía de la configuración de visibilidad elegida por el usuario al compartir el enlace.
OpenAI ha asegurado que los chats no son públicos a menos que los usuarios elijan compartirlos explícitamente. La compañía terminó el experimento para evitar que más usuarios compartieran involuntariamente información personal.
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