
El CEO de Astronomer, Andy Byron, renunció después de que se viralizara un vídeo en el que se le veía en actitud comprometedora con Kristin Cabot, jefa de recursos humanos de la misma empresa, durante un concierto de Coldplay. Ambos están casados con otras personas. La empresa emitió un comunicado enfatizando su compromiso con la responsabilidad y la ética, aclarando que Byron presentó su renuncia, la cual fue aceptada por la Junta Directiva.
Además del escándalo personal, empleados de Astronomer han criticado a Byron, describiéndolo como un jefe «tóxico». Según algunas fuentes, sus compañeros celebraron su salida, ya que tenía fama de ser un ejecutivo agresivo y obsesionado con las ventas. Los mensajes de los empleados reflejan que muchos disfrutaron de su caída, considerándola un merecido castigo.
Este incidente ha puesto de manifiesto el impacto de la viralidad en redes sociales, que pueden exponer la vida privada de las personas. Además, el caso se complicó con la difusión de un comunicado falso atribuido a Byron, lo que refleja los peligros de la desinformación en la era digital. La situación destaca cómo las redes amplifican las consecuencias personales y profesionales de acciones privadas, exponiéndolas al escrutinio público.