
Un CEO de una empresa de blockchain despidió a un empleado por sospechas de robo, solo para descubrir que era parte de una red de ciberdelincuentes norcoreanos. Según el FBI, el trabajador, bajo una identidad falsa, formaba parte de un grupo que buscaba obtener dinero para el gobierno de Corea del Norte. La empresa había pagado alrededor de 400.000 dólares en salarios a estos infiltrados, quienes también robaron más de un millón de dólares en criptomonedas.
El CEO, Marlon Williams, había contratado al supuesto ingeniero tras una búsqueda en Telegram y LinkedIn, sin conocer su verdadera identidad. Durante su tiempo en la empresa, el infiltrado mejoró la interfaz de usuario de un proyecto de criptografía, ganándose la confianza del CEO. Sin embargo, la realidad era que los norcoreanos se infiltraron en diversas compañías tecnológicas alrededor del mundo, utilizando su trabajo para espionaje y robo de propiedad intelectual.
La historia destaca la facilidad con la que los ciberdelincuentes pudieron operar en un entorno donde el trabajo remoto y el anonimato son comunes. Este caso es parte de una estrategia más amplia de Corea del Norte, que en los últimos años ha logrado infiltrarse en varias industrias, generando millones en salarios y robos de criptomonedas para financiar sus actividades. Según informes, esta red ha afectado a empresas tecnológicas, de entretenimiento y otros sectores en todo el mundo.