
Elijah Clark, consultor en implementación de inteligencia artificial, ha declarado que muchos directores ejecutivos están entusiasmados con las oportunidades que la IA ofrece, especialmente en términos de eficiencia y reducción de costes laborales. Clark comentó en una entrevista que ha sido capaz de despedir a numerosos empleados gracias a la IA, que «no se declara en huelga ni pide aumentos de sueldo». Según él, estos despidos se justifican por la capacidad de la IA de realizar en una hora el trabajo que antes requería una semana, lo que mejora la eficiencia de las empresas.
No obstante, algunas compañías han tenido que revertir estas decisiones. Ejemplos como Klarna, que tras sustituir a empleados por IA tuvo que volver a contratar personal por el bajo rendimiento de las herramientas tecnológicas, muestran que la IA no siempre cumple con las expectativas empresariales. Además, un incidente con Air Canada, donde un chatbot inventó políticas de reembolso, resalta los riesgos de depender demasiado en la tecnología.
A pesar de los beneficios que la IA puede ofrecer, muchas empresas descubren que la intervención humana sigue siendo crucial. Un estudio de IBM revela que la adopción de soluciones de inteligencia artificial no siempre satisface las necesidades corporativas, subrayando la importancia de los trabajadores en un entorno tecnológico en rápido cambio.