Bill Gates, reconocido por su genialidad en el ámbito tecnológico, tuvo un papel destacado ya en sus días de instituto en Lakeside, donde comenzó a cimentar su futuro como fundador de Microsoft. A finales de los años 60, en un entorno donde la informática era una novedad, Gates tuvo acceso a una terminal informática en el campus, lo que le permitió adquirir experiencia junto a Paul Allen, con quien más tarde fundaría Microsoft.
Durante su etapa escolar, Bill Gates no solo se sumergió en la informática, sino que también se enfrentó a desafíos académicos que estimularon su aprendizaje. Una de esas pruebas fue elaborar un horario de clases computerizado para su instituto. Este proyecto no solo cumplió su propósito académico, sino que también incluyó un pequeño truco: programó su horario de modo que coincidiera con las clases donde había más chicas y logró evitar las clases los viernes.
Esta experiencia no solo destacó su habilidad para programar, sino que también reflejó su capacidad creativa y estratégica, sentando las bases para su futuro éxito en el mundo de la tecnología. Estos primeros pasos en la programación y la informática, junto con su visión de que los ordenadores se convertirían en herramientas de uso diario, fueron fundamentales en la creación del sistema operativo Windows, que sigue siendo líder en el mercado.
A sus maestros también se les atribuye un papel significativo en su desarrollo, desafiando continuamente sus capacidades y motivándolo a explorar más allá de lo convencional. Esta formación en Lakeside fue crucial para que Gates y Allen pudieran vislumbrar el potencial de la informática personal, una idea que en su tiempo parecía adelantada y que finalmente transformó el mundo.
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