Una mujer fue víctima de un fraude tras recibir un SMS falso de Correos, solicitando un pago de 0,01 € para recibir un paquete. Al seguir el enlace, introdujo sus datos en una página web que imitaba a la oficial. Esto resultó en 29 cargos no autorizados por 2.490 euros en su cuenta bancaria. El banco ING se negó inicialmente a reembolsar el dinero, alegando negligencia de la clienta. Sin embargo, un juez falló a favor de la víctima, obligando al banco a devolver la suma.
La sentencia se basó en que el engaño superó los estándares de diligencia esperables de un consumidor medio. La página fraudulenta era casi indistinguible de la real, y el banco no pudo demostrar que su sistema de autenticación fuera seguro ni que la clienta actuara con negligencia grave. Además, las transacciones no fueron debidamente autenticadas, ya que la normativa exige verificar la identidad del usuario, algo que no se cumplió al haber sido suplantada.
El juez también destacó que las entidades bancarias tienen la responsabilidad de proteger las operaciones contra fraudes, según el Real Decreto-ley 19/2018 y la Directiva (UE) 2015/2366. Esta sentencia establece un precedente importante para la protección de los usuarios de banca digital, indicando que los bancos deben implementar sistemas proactivos en lugar de trasladar la carga a los consumidores. Correos ha recordado que nunca solicita datos sensibles por SMS y sugiere eliminar mensajes sospechosos.
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