Apple ha lanzado el iPhone Air, el primer modelo a nivel mundial que solo soporta eSIM, acercándose a un futuro de iPhones sin puertos. Aunque esto aporta una mayor resistencia al agua y elimina problemas asociados a las tarjetas SIM físicas, la adopción de la eSIM ha generado opiniones divididas. Si bien la eSIM ofrece la misma cobertura que las tarjetas físicas y evita su deterioro, su activación puede ser costosa y complicada, especialmente para quienes frecuentemente cambian de dispositivos, como los analistas tecnológicos.
Además, la eliminación de puertos plantea desafíos técnicos significativos. El potencial abandono del puerto USB-C obligaría a depender exclusivamente de la conectividad inalámbrica, lo que aún no iguala la eficiencia y velocidad de la transferencia de datos por cable, crucial para profesionales del video y la fotografía. Aunque Apple mejora la carga y transferencia inalámbrica, estas todavía no alcanzan las velocidades y confiabilidad del cable.
La Comisión Europea, aunque no se opone a un iPhone sin puertos, impone normativas que podrían complicar su implementación, como las que exigen un alto índice de reparabilidad en los dispositivos móviles. Eliminar puertos podría dificultar reparaciones básicas como la sustitución de baterías. Así, a pesar de las mejoras tecnológicas, un iPhone completamente sin puertos parece inviable a corto plazo, especialmente en las gamas más altas. Un modelo como el iPhone Air podría servir como prueba, pero una gama completa sin puertos podría ser tecnológicamente arriesgada.