Apple está considerando usar los modelos de inteligencia artificial Gemini de Google para mejorar Siri, rompiendo así su tradicional enfoque de controlar cada elemento de sus productos. Esto se debe a problemas técnicos persistentes con la arquitectura heredada de Siri, que ha impedido su evolución rápida frente a competidores como ChatGPT y el asistente de Google.
Desde su adquisición en 2010, Siri se ha convertido en un desafío técnico para Apple. Pese a recientes intentos de actualización, los problemas persisten, obligando a Apple a considerar una reescritura completa del asistente. Esta nueva versión de Siri se espera para 2026, mucho después de lo prometido inicialmente.
El retraso en la mejora de Siri ha generado una crisis interna, con cambios en el liderazgo del proyecto y una fuga de talento hacia otras empresas tecnológicas. Apple está trabajando en dos versiones de Siri: una con tecnología propia y otra que utiliza modelos externos. Entre las opciones externas, Google ha surgido como un candidato serio, debido a un acuerdo existente con Apple por el motor de búsqueda de Safari.
Internamente, Apple está probando cómo integrar Google Gemini sin comprometer su control sobre la privacidad y seguridad de los usuarios. Los modelos de Google se ejecutarían en servidores privados de Apple, manteniendo así cierta independencia tecnológica.
Esta posible colaboración con Google refleja un cambio significativo en la filosofía de Apple, que rara vez adopta tecnología externa. Sin embargo, la presión por mantenerse competitiva en el campo de la inteligencia artificial ha llevado a la empresa a explorar nuevas estrategias. Aunque las conversaciones con Google están en fase exploratoria, Apple no descarta continuar desarrollando sus propios modelos de IA, manteniendo así su enfoque tradicional de innovación interna.
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