En 1996, Apple lanzó su primera consola, la Apple Pippin, un híbrido entre Mac y consola de videojuegos que resultó ser un fracaso con solo 42.000 unidades vendidas. El dispositivo intentó abarcar demasiado y no logró satisfacer ni a los gamers ni a los usuarios de ordenadores. Sin embargo, en 2025, Apple se prepara para un nuevo asalto al mundo del gaming en el salón, pero esta vez con una estrategia más sutil y efectiva.
Según rumores, Apple lanzará una nueva versión del Apple TV con el chip A17 Pro, el mismo que potencia el iPhone 15 Pro, capaz de manejar juegos AAA como Resident Evil y Death Stranding. A diferencia del enfoque de la Pippin, el nuevo Apple TV no se presentará como una consola, sino como una evolución del Apple TV, un dispositivo ya familiar para los consumidores.
El precio se mantendrá por debajo de los 200 euros, ofreciendo una alternativa más económica a consolas como la PlayStation 5 y la Xbox Series X. Aunque la calidad gráfica no será la misma, el nuevo Apple TV permitirá a los jugadores ocasionales disfrutar de títulos populares sin invertir en hardware costoso.
Apple ha aprendido de sus errores pasados y cuenta con un ecosistema preparado. Los juegos AAA ya están en la App Store, hay compatibilidad nativa con mandos de Xbox y PlayStation, y el Modo Juego en iOS 18 optimiza el rendimiento. Solo falta activar la compatibilidad con el Apple TV para abrir una nueva puerta al gaming en el salón.
Este enfoque convierte al Apple TV en el dispositivo de gaming más asequible del mercado, sin sacrificar su funcionalidad principal como centro de streaming. Apple ofrece una experiencia de juego de alta gama disfrazada de un simple dispositivo de streaming, minimizando riesgos y maximizando su atractivo. Si tiene éxito, podría ampliar su capacidad en futuras generaciones; si no, seguirá siendo un excelente dispositivo de streaming. Así, Apple asegura su retorno al gaming sin el riesgo de un nuevo fracaso.
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