El panorama del software en televisores y coches es desolador, con sistemas que no mejoran con el tiempo y se vuelven obsoletos rápidamente. La mayoría de los fabricantes ofrecen sistemas propietarios con escasas actualizaciones que apenas aportan mejoras, convirtiendo a dispositivos modernos en piezas obsoletas en pocos años.
Apple se destaca con sus soluciones para televisores y coches. El Apple TV, aunque caro, ofrece un sistema operativo, tvOS, que garantiza actualizaciones frecuentes y un rendimiento óptimo. Mientras que la mayoría de televisores sufren con sistemas lentos y poco eficientes, el Apple TV sigue funcionando bien años después de su compra.
En el ámbito automovilístico, Apple CarPlay ofrece una extensión de iOS en la pantalla del coche, permitiendo acceso a aplicaciones actualizadas y servicios como mapas y música sin coste adicional. A diferencia de los sistemas propietarios que requieren suscripciones, CarPlay se actualiza al ritmo del iPhone, garantizando siempre un software eficiente.
Fabricantes como Renault, sin embargo, prefieren sus propios sistemas, que pueden convertirse en herramientas de monetización al requerir suscripciones para funciones básicas. Esta tendencia, aunque legal, limita la libertad del usuario y suele implicar un coste adicional por servicios que otros ofrecen gratuitamente.
Apple, sin necesidad de fabricar sus propios televisores o coches, ha logrado ofrecer sistemas operativos que mejoran la experiencia de uso y prolongan la vida útil de los dispositivos, abordando un problema que otros aún no han resuelto.