Donald Trump’s presión sobre la industria tecnológica ha surtido efecto, ya que TSMC, el principal fabricante de chips de Apple, ha decidido acelerar la construcción de sus plantas en Arizona. Esta medida permitirá a Apple fabricar chips más avanzados en Estados Unidos antes de lo previsto, en un contexto de tensiones comerciales con China. La estrategia de TSMC y Apple no solo busca fabricar chips en suelo americano, sino crear una planta de última generación que compita con las instalaciones en Taiwán. Se espera que el 30% de la capacidad mundial de chips de 2 nanómetros esté en Arizona una vez completadas las instalaciones.
El cronograma de TSMC prevé la finalización de las primeras instalaciones para chips de 4 nanómetros en 2025, la puesta en marcha de una planta para chips de 3 nanómetros en 2026, y tener operativas las plantas de 2 nanómetros entre 2027 y 2028. Esto significa que, aunque se ha acelerado la construcción, Apple seguirá dependiendo de Taiwán para los chips más avanzados en los próximos tres años.
TSMC ha comprometido una inversión adicional de 100.000 millones de dólares para acelerar estos planes, pero la dependencia tecnológica de Asia seguirá siendo un reto. La presión de Trump ha logrado trasladar tecnología avanzada a Estados Unidos, pero la transición completa llevará tiempo. La situación continuará siendo un desafío político y económico, especialmente cuando termine la tregua de 90 días con China. La industria tecnológica y la política estadounidense deberán alinearse para cumplir con los ambiciosos objetivos planteados.