China, el país con más habitantes del mundo, está experimentando una transformación laboral con más de 200 millones de trabajadores temporales que acceden a empleos a través de apps y plataformas tecnológicas. Este fenómeno está impulsando el crecimiento económico, pero también está generando precariedad laboral, ya que estos trabajadores carecen de protección formal y derechos sociales.
Los llamados ‘Gig Workers’ representan el 40% de la fuerza laboral urbana de China. Este modelo de empleo flexible está siendo favorecido tanto por empresas, que buscan adaptarse a la demanda, como por jóvenes trabajadores que prefieren la libertad de horarios frente a trabajos repetitivos en fábricas o el sector agrícola. Sin embargo, esta flexibilidad viene a costa de su seguridad laboral y acceso a derechos básicos como la seguridad social.
Este fenómeno está también vinculado al sistema ‘Hukou’, que limita el acceso a servicios públicos urbanos a aquellos sin empleo estable. Esto podría agravar el problema del envejecimiento de la población china, ya que dificulta el establecimiento de las familias.
A pesar de las nuevas directrices del gobierno para mejorar las condiciones de los trabajadores temporales, el sector sigue enfrentando problemas como jornadas laborales excesivas y falta de claridad en los salarios. Este fenómeno en China puede servir como alerta para otros países, que podrían aprender de esta situación para evitar problemas similares en sus economías. La regulación de las plataformas y la protección de los derechos de los trabajadores temporales son algunos de los aspectos que otros países podrían considerar para no caer en la misma trampa de precariedad.
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