El fin de soporte para Windows 10 se aproxima, y Microsoft enfrenta el desafío de migrar a sus usuarios a Windows 11. Sin embargo, muchos PCs no cumplen con los requisitos del nuevo sistema operativo. En lugar de reducir estas exigencias, la empresa recomienda reciclar o vender equipos antiguos para adquirir modelos compatibles. A través del ‘Programa de Intercambio en línea’, los usuarios pueden tasar sus dispositivos y gestionar su venta. Si el equipo es muy antiguo, Microsoft sugiere el reciclaje, colaborando con empresas en EE.UU. para recoger y procesar los aparatos, mientras que en otros países se insta a buscar servicios locales de reciclaje.
Aunque las actualizaciones de seguridad extendidas (ESU) están disponibles por un año más, la compañía enfatiza la importancia de renovar el hardware para evitar vulnerabilidades. Esta estrategia ha generado críticas por la aparente contradicción con el discurso ecológico de Microsoft, dado el incremento en sus emisiones debido a la expansión de centros de datos. Existen alternativas no oficiales para instalar Windows 11 en equipos no compatibles, pero Microsoft no las respalda.