TikTok se enfrenta a presiones geopolíticas que obligan a ByteDance a vender su división en EE.UU., en medio de tensiones entre Washington y Pekín. La administración Trump acusó a TikTok de espionaje, lo que llevó a la aprobación de una ley que exige la venta a nuevos propietarios locales o el cese de operaciones en el país.
El principal reto radica en el algoritmo de recomendación de TikTok, considerado un activo estratégico que China no quiere ceder. Se estudia una solución intermedia: una licencia de uso que permita a la versión estadounidense operar con el mismo algoritmo, mediante un pago a ByteDance.
Oracle aparece como el principal candidato a adquirir la parte estadounidense de TikTok. La compañía ya gestiona parte del almacenamiento de datos de la app y su cercanía con la administración Trump la posiciona como favorita en la operación. Otros interesados incluyen firmas de inversión como Susquehanna International Group y General Atlantic.
Sin embargo, China mantiene control sobre ByteDance a través de una «acción de oro», que le permite supervisar y vetar decisiones clave, protegiendo su «soberanía tecnológica».
La venta de TikTok no es un caso aislado y se inserta en un contexto de disputas tecnológicas más amplias, como la investigación antimonopolio de China sobre Nvidia, vista como una respuesta a las presiones estadounidenses. La creación de una app separada para EE.UU. plantea dudas sobre la efectividad de un algoritmo aislado de la red global de TikTok.
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