OpenAI, conocida por su transición hacia un modelo con fines de lucro, enfrenta una creciente paranoia interna. La compañía sospecha que críticos, incluidos Elon Musk y otras figuras del sector tecnológico, están involucrados en un complot para hundirla. Esta teoría ha llevado a OpenAI a tomar acciones legales contra organizaciones sin ánimo de lucro como Encode, buscando vínculos con Musk y otros multimillonarios.
El cambio de OpenAI hacia el lucro ha generado desconfianza, perdiendo credibilidad como entidad altruista. Sus directivos consideran que las críticas son parte de un cerco orquestado por intereses poderosos. Estos movimientos han complicado el trabajo de ONGs dedicadas a la gobernanza de la IA, obligándolas a destinar recursos a enfrentarse al músculo legal de OpenAI.
La situación se agrava en un clima político tenso, donde un proyecto de ley en California que podría haber bloqueado la conversión de OpenAI fue derribado tras una intensa operación de lobby. Pese a lograr mantener su modelo de negocio, la empresa sigue alimentando sus sospechas de estar bajo un ataque coordinado, intensificando su discurso conspiranoico.
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