La integración de la inteligencia artificial en navegadores web, como con la extensión Claude para Chrome de Anthropic, plantea preocupaciones de seguridad. Aunque estas herramientas prometen facilitar tareas, como la navegación automatizada, también son vulnerables a ataques como las inyecciones de prompt. Estos ataques permiten, mediante comandos ocultos en textos aparentemente inofensivos, que la IA ejecute acciones no autorizadas. En pruebas realizadas, Claude fue susceptible a estos ataques en un 23,6% de los casos, reduciéndose al 11,2% tras implementar defensas. Sin embargo, expertos consideran esta tasa de fallo aún preocupante.
Para mitigar riesgos, Claude impone permisos específicos, requiere confirmaciones para acciones sensibles y bloquea el acceso a sitios peligrosos. Aun así, hay dudas sobre la capacidad de los usuarios para gestionar estos complejos riesgos de seguridad. Otros experimentos similares, como Perplexity Comet y Gemini, también han mostrado vulnerabilidades, lo que sugiere que la idea de navegadores controlados por IA podría ser intrínsecamente insegura.
Aunque las empresas de IA defienden la integración con navegadores como inevitable, los riesgos actuales no son hipotéticos, y se trabaja en mejorar las defensas antes de una adopción masiva. La preocupación subyacente es que los usuarios finales puedan no estar preparados para enfrentar estos desafíos de seguridad.
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