Google ha anunciado que desde el próximo año los desarrolladores de aplicaciones deberán verificar su identidad, incluso si sus apps no se publican en Play Store. Esta medida afectará la instalación de aplicaciones desde fuentes externas o el conocido ‘sideloading’, una de las características que diferenciaba a Android de iOS. Google justifica este cambio como una mejora en seguridad, argumentando que las aplicaciones de fuentes alternativas son más propensas a ser maliciosas.
Sin embargo, la decisión coincide con la presión regulatoria que obliga a Google a abrir su ecosistema, permitiendo pagos fuera de Play Store. Aunque no podrán controlar dónde se distribuye el software, sí controlarán quién lo crea, acercándose al modelo de Apple.
Este movimiento sigue una serie de pasos que Google ha tomado para limitar el ‘sideloading’, como la certificación de Google Play Protect, la API de integridad o la introducción del modo de «Protección Avanzada» en Android 16, que bloquea la instalación de APKs.
El nuevo sistema de verificación se probará en 2026 en Brasil, Indonesia, Singapur y Tailandia, con una expansión global en 2027, marcando el fin del ‘sideloading’ sin restricciones y sacrificando una de las libertades que hacían único a Android. Esta transformación definirá el futuro del sistema operativo.