
Google implementará obligatoriamente la función «Battery Health Assistance» en los nuevos Pixel 10, limitando el rendimiento de la batería para alargar su vida útil. Esta medida, que ya estaba disponible opcionalmente en el Pixel 9a, ahora será permanente y no podrá desactivarse. La función ajusta el voltaje máximo de la batería progresivamente a partir de los 200 ciclos de carga, lo que podría reducir ligeramente la autonomía y la velocidad de carga.
La decisión ha generado controversia, ya que elimina el control del usuario sobre el rendimiento de la batería. Otros fabricantes, como Samsung y OnePlus, aseguran que sus baterías soportan más ciclos de carga antes de degradarse significativamente. Google ya había tomado medidas similares con modelos anteriores, como el Pixel 6a, debido a problemas de sobrecalentamiento.
Esta estrategia plantea dudas sobre si Google busca simplemente proteger la batería o si intenta mitigar posibles debilidades en su durabilidad. Los problemas en generaciones anteriores invitan a pensar que Google prefiere sacrificar autonomía y control del usuario para evitar problemas mayores.