Shawn Layden, antiguo presidente de Sony Interactive Entertainment, considera que la industria de los videojuegos está estancada al centrarse en mejorar gráficos en lugar de ofrecer hardware más económico. Según Layden, los gráficos han alcanzado un punto donde las mejoras significativas son escasas, y los fabricantes deberían enfocarse en reducir costes para los consumidores. Argumenta que los jugadores notan más los precios que las diferencias de rendimiento entre 90 y 120 fps.
Layden también criticó el modelo de suscripción Game Pass de Xbox, comparándolo con el impacto del streaming en la industria musical. Cree que este enfoque puede convertir a los desarrolladores en «esclavos asalariados» y devaluar los juegos, ya que los títulos se convierten en meros contenidos de catálogo. A diferencia de la música, donde los ingresos pueden compensarse con conciertos, en los videojuegos esto no es posible, lo que podría perjudicar a los creadores. Layden sugiere que la industria debería simplificar la experiencia de juego y colaborar entre fabricantes para sostener un modelo más económico.
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