El aumento de dispositivos inteligentes en los hogares españoles, como cámaras de seguridad y alarmas conectadas, ha generado una nueva preocupación: la ciberseguridad. Aunque estos dispositivos prometen proteger los hogares durante las vacaciones, su mala configuración puede convertirlos en puertas de acceso para ciberdelincuentes.
El mercado de la domótica en España no deja de crecer, alcanzando un valor de 3.260 millones de dólares en 2023. Sin embargo, el aumento de estos dispositivos también ha visto un incremento en los ciberataques, con más de 97.000 incidentes gestionados por el INCIBE en 2024, de los cuales 7.500 fueron intentos de acceso no autorizado a hogares e IoT.
Los errores comunes de los usuarios incluyen mantener contraseñas de fábrica, no actualizar el firmware y usar contraseñas simples, lo que facilita el espionaje, robo de grabaciones y manipulación de imágenes. Además, la exposición digital puede llevar a la suplantación de identidad, filtración de imágenes privadas y aumento de la ansiedad por constantes alertas de seguridad.
Para proteger los hogares inteligentes, se recomienda cambiar las contraseñas por defecto, usar claves robustas, activar la autenticación de dos factores, y mantener actualizados los dispositivos. También es importante proteger la red doméstica, usando una WiFi separada para cámaras y alarmas, y asegurando el router con un cifrado WPA3. Limitar el acceso al sistema de seguridad y evitar el almacenamiento en la nube sin cifrado de extremo a extremo son medidas claves para prevenir ataques.
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