Una propietaria de un piso en alquiler temporal a través de Airbnb se sorprendió al recibir una factura de 1.290 euros por electricidad tras la estancia de un inquilino. Al investigar, descubrió que el huésped había utilizado la propiedad para minar criptomonedas y cargar vehículos eléctricos, lo que generó el elevado consumo energético.
La propietaria revisó las cámaras exteriores de la casa y observó cómo el inquilino retiraba diez ordenadores del lugar. Al contactar con el servicio de atención de Airbnb, logró recuperar el dinero tras una ardua gestión. Además, estableció nuevas normas prohibiendo la instalación de estaciones de carga eléctrica y la minería de criptomonedas en su propiedad.
El inquilino, que fue honesto al respecto, habría ganado aproximadamente 86.000 euros en criptomonedas durante su estancia, considerando la factura de electricidad como un gasto menor. La historia ha generado comentarios en redes sociales, donde algunos expresan más interés en conocer cómo el inquilino logró tal ganancia que en las nuevas reglas del alojamiento.
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